domingo, 18 de septiembre de 2011

Leo Leo que me animo a leer: Charli y los cinco peligros

Artículo visto en:
Suplemento de Educación Infantil "La Tiza" 14-09-2011


La excursión

Todo comenzó el día que Carmen, la tutora, nos dijo que había organizado una excursión a la biblioteca municipal. En mi clase hacemos muchas excursiones: al parque de bomberos, a la estación de autobuses y al museo arqueológico donde vimos los restos de un dinosaurio. Yo le dije a mis amigos. “Es el cráneo de un diplodocus”, y todos se quedaron con la boca abierta, pero es que yo sé mucho de dinosaurios, porque cuando era pequeño me gustaban un montón. De vez en cuando Seven aparece con alguno en la boca y nos mira haciéndose el chulo, como queriendo decir: “¡Mirad lo fuerte que soy, he vencido a un dinosaurio”

Carmen siempre nos dice que debemos leer, que es muy importante para formarnos y que es una diversión. A veces cuesta un poco encontrar el libro adecuado, el que nos hace disfrutar, pero hay que buscarlo, el libro existe, os puedo asegurar que es verdad.

La excursión estaba programa para un martes por la mañana. La profe nos advirtió que dentro de la biblioteca había que guardar el máximo silencio y que estuviéramos atentos a las explicaciones de la bibliotecaria. Ese día muy soleado, era primavera. Luis llevaba una mochila y una gorra; y me coloqué unas gafas de plástico que me tocaron en la feria pescando patos, no tienen cristales, pero mi madre dice que parezco un ejecutivo, y me gustó la idea de llevarlas a la biblioteca.

“Charli, estás colgao”, me dijo Manuel cuado me vio. Luis sin embargo, apenas me miraba porque para estas cosas, la verdad, es un poco tímido.

La biblioteca está algo lejos del colegio pero fuimos a pie, tardamos más de media hora.

Antes de entrar, tomamos el almuerzo en un pequeño parque lleno de palomas. Les di pan con chocolate y les encantó. Aunque también comieron queso, salchichón y patatas fritas. ¡Les gusta todo! Seguro que mi madre, en alguna ocasión, querría que yo fuera paloma.

Tras el almuerzo hicimos dos filas, Luis se colocó detrás de mí, y a mi lado me tocó a Sandra. No es que me caiga mal esa niña, pero es que tiene la cara llena de pecas y me marea, además se ríe sin ton ni son y tiene alergia y estornuda mucho, es un poco rara....

Ya dentro de la biblioteca nos colocamos en círculo alrededor de Carmen y de la bibliotecaria. Nos explicó cómo había que buscar un libro, cómo estaban ordenados: por temas, títulos o autores. Nos explicó que podíamos tomarlos prestados y llevarlos a casa por unos días y devolverlos de nuevo. Teníamos que hacernos un carné con una foto. Así podríamos leer muchos libros sin comprarlos.

Después de todas las explicaciones la bibliotecaria nos dejó que visitáramos la biblioteca a nuestro aire.

Todas las chicas se dirigieron a la colección de Harry Potter, sacando los libros de las estanterías para hojearlos entre risitas.

Yo me puse a jugar al escondite con Luis, Manuel y Pepe hasta que Carmen se dio cuenta y nos riñó, nos mandó separarnos.

A la mitad del pasillo con repisas repletas de libros vi cómo uno de ellos se salía de su sitio y quedaba a la vista. Tenía unas cubiertas brillantes. Le empujé para ponerlo en su sitio y de nuevo se volvió a salir. Me dio risa, creí que algún amigo lo empujaba por la otra parte. Pero comprobé que no. Le empujé de nuevo, y seguí el camino, pero al llegar al final del pasillo, me volví, ¡y allí estaba de nuevo! , fuera enseñando sus tapas. Me acerqué con curiosidad, lo tomé y leí su título: Instrucciones para encontrar un tesoro.

“¡Guau, aventuras....., cómo mola! ¡Esto empieza a gustarme!”, pensé. Cogí el libro y fui a reunirme con mis compañeros, ya era hora de marchar, pero Carmen me vio.

-¿Dónde vas con ese libro, Carlos? ¿No sabes que para llevarte un libro tienes que hacer un carné?

- Ya, seño, pero es el libro que quiere venirse conmigo.

- Por favor, Carlos, no empieces con tus bromas. Déjalo en su sitio y si te interesa tanto leerlo, dile a tus padres que te hagan el carné. ¿De acuerdo?

Con todo el dolor de mi corazón tuve que devolverlo a su lugar, pero tenía muy clara una cosa, que pronto volvería a por él. Seguro que me iría señalando cómo encontrar un tesoro. El título era: Instrucciones para encontrar un tesoro”.


Tomado de: Charli y los cinco peligros
Autor:  Maribel Romero Soler
Ilustrador: José María Clémen
Editorial: Edimater
Actividades:
  1. ¿Qué les decía Carmen, la tutora, sobre la lectura?
  2. ¿Qué observó Charli cuando caminaba por la biblioteca?
  3. Escribe un cuento sobre el tesoro que podía encontrar. ¿Qué pasos tendría que dar?
  4. Envía esa historia por mail, acompañada de un dibujo, a nuestro concurso literario 2012 a: grupoleoalicante@gmail.com

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